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Foto del escritor@Gentopia_

Maradona, ídolos y masculinidad tradicional



Desde el futuro, recordamos al 25 de noviembre de 2020 no sólo como un Día para la eliminación de la violencia contra la mujer. En esa fecha también murió Diego Armando Maradona. Cronistas de tu tiempo relatan el luto que vivió el mundo del deporte, las lágrimas y movilizaciones masivas para despedirse de su ídolo.


Para muchas personas en el mundo, Maradona ha sido un ejemplo a seguir, una inspiración deportiva y un ídolo. Uno de sus motes nos lo recuerda: él fue bendecido por “la mano de Dios”. Pero su vida estuvo marcada por diferentes episodios de violencia de género, acusaciones de pedofilia, excesos y autodestrucción. ¿Podemos cuestionar a las personas que idolatramos?


Maradona: masculinidad tradicional y violencia


Maradona no sólo representa una inspiración deportiva. También encarnó un modelo de masculinidad hegemónica; es decir, reprodujo una serie de características que ayudan a mantener la posición dominante de algunas personas sólo por su condición de género. Incluso, contribuyó a reproducir las violencias que viven mujeres y niñas.


En 2018, la periodista Yekaterina Nadólskaya denunció a Maradona por acoso durante el mundial de Rusia. La periodista relató que fue a su habitación para hacerle una entrevista y Maradona intentó quitarle la ropa cuando se quedaron solos.


En 2014, una televisora argentina difundió un video donde se muestra a Maradona golpeando a su entonces pareja, Rocío Oliva. Incluso, Maradona murió con casos pendientes de paternidad no reconocida, pues desconoció a los hijos de distintas parejas.


También, la demanda de parternidad de uno de sus hijos, Santiago Lara, quedó archivada como pedofilia en Argentina porque la madre de Santiago era menor de edad cuando Maradona la dejó embarazada.


“Pero yo sólo admiro su trayectoria deportiva”

Para ti, persona aficionada al fútbol, quizá leer esto puede resultar indignante. Argumentarás que admiras su trayectoria deportiva y su vida privada queda aparte, para nada es un ejemplo. Pero incluso El 10 repitió este modelo de masculinidad en el mundo del deporte, sobre todo, al descuidar su integridad física.


Su adicción a las drogas contribuyó a que su carrera deportiva terminara. Fue suspendido tanto por el Comité de Disciplina de la Liga italiana de fútbol como por la FIFA por dar positivo a las pruebas de antidopaje, en 1991 y 1994.


El consumo de drogas no sólo afectó su carrera, sino también su salud. Tuvo una arritmia ventricular a los 40 años. Después de dejar las drogas, se refugió en el alcohol, que deterioró su organismo. Fue ingresado por hepatitis química, aguda y tóxica en 2007…. unos cuantos días después regresó por una recaída.

Los ídolos que queremos


Maradona fue una gran figura para el mundo del fútbol. Pero más allá de sus aportaciones al deporte, necesitamos cuestionar el modelo de masculinidad que Maradona representó para dejar de replicarlo.

Las personas que idolatramos también dicen mucho de quiénes somos. José Errasti, doctor en psicología, plantea que la idolatría tiene algo de narcisismo. Queremos ver en esas personas cualidades extraordinarias que no tenemos y nos gustaría poseer. Así, Maradona ha sido recordado y defendido por su trayectoria deportiva. ¿Y los demás aspectos de su vida?


Quizá es momento de preguntarnos qué otras cualidades queremos de las personas que idolatramos. Quizá es momento de admirar ejemplos que no reproduzcan las violencias que viven algunas personas sólo por su condición de género.


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